EL PODER ALQUIMISTA DEL SANTO GRIAL
EL GRIAL Y LA PIEDRA FILOSOFAL
Algunos autores lo identificaron con la piedra filosofal de los alquimistas. Y es que a la copa se le atribuyen los mismos poderes que la legendaria piedra, la de convertir los metales básicos en otros de mayor valor, como el plomo, en oro o plata. De ahí que haya sido y sea un objeto tan codiciado.
Por tanto la copa tendría el poder de transmutar su contenido en otro. Su analogía en este sentido con el ritual cristiano de la eucaristía es patente, y aunque hay toda una leyenda sobre este vínculo ancestral, ahora nos limitaremos a comentar sólo ésto.
Por eso el cristianismo aprovechó esta consonancia, adoptando la copa como un objeto venerable y sagrado, quien sabe si también con poderes sobrenaturales adquiridos por contacto, porque Jesús transmutó en él por primera vez el vino en su sangre en la Última Cena.
Sin embargo Jesús ya había transmutado antes seis tinajas de piedra de unos cien litros de agua cada una en vino, además de “buena calidad”, en la boda de Caná, pero de esas grandes tinajas de piedra nadie se acuerda ni las buscan, anda que si se les pegó algo de magia…son bien grandotas).
LOS EXTRAORDINARIOS PODERES DEL SANTO GRIAL
Las leyendas sobre el Santo Grial confieren varios poderes a este objeto extraordinario. Uno de los más codiciados es el de rejuvenecer, como un elixir de la eterna juventud, el de multiplicar alimentos y hacerlos más exquisitos,el de restablecer la esperanza a los desolados y abatidos, el de sanación a los que están cercanos a la muerte y hasta el de donar la vida a los muertos. Un elixir de vida, y por tanto hasta concede la inmortalidad a quien bebe de él.
Hoy día el Santo Grial de la Última Cena forma parte de la mitología cristiana medieval, aunque carece de referencias específicas en los textos bíblicos, existen leyendas arcaicas.
De hecho el mito del Santo Grial se fue formando inicialmente por las referencias precristianas a recipientes mágicos principalmente de la tradición céltica, como los calderos mágicos. Como el cuerno de la abundancia griego, estos recipientes ofrecían beneficios extraordinarios, como la eterna juventud, curación, abundancia y el don de la inmortalidad.
Aunque la cultura celta hoy día sigue relacionándose por lo general sólo con las naciones actuales del norte de Europa, en realidad su asentamiento más antiguo se ha encontrado en el centro de Europa, concretamente en los Alpes suizos y austriacos. Lo contamos en nuestro artículo “Suiza y Austria origen de la cultura celta”.
EL MÉTODO PARA OBTENER EL ELIXIR MÁGICO
El Santo Gral no siempre se ha considerado una copa. También se piensa que pueda ser una piedra o un estado místico conceptual e intangible. Por lo que el modo de adquirir los beneficios que destila serían diversos según la forma con la cual se presenta.
Si consideramos que es una copa, es evidente que sería el líquido introducido en su interior el que absorbería por contacto todos esos nutrientes mágicos que después, una vez bebidos actuarían en el interior del cuerpo. Otorgando rejuvenecimiento de la piel, curación de los órganos, alivio psicológico si estamos deprimidos o desolados, y hasta nos daría el estado de inmortalidad. Por lo que el lixiviado resultante, sería el elixir mágico.
El mismo método de percolación utilizaríamos si fuera una piedra. Pero en esta ocasión sumergiríamos la piedra en el líquido que queremos que se convierta en elixir, o simplemente dejaríamos chorrear el líquido por encima de ella. Con ambos procedimientos obtendríamos igualmente una ambrosía llena de magia.
Sabemos que a través de el proceso de percolación un fluido que pasa a través de un sólido arrastra una gran cantidad de compuestos pertenecientes al sólido, por lo que tendría lógica pensar que el fluido resultante ha adquirido por contacto los componentes mágicos y beneficiosos, en este caso. Con el mismo razonamiento se entiende que funcione cuando se pone en la modalidad de trasmutar los minerales. Se mezclan los componentes de ambos y se produce la magia.
Es el mismo sistema de la piedra filosofal.
Y es que según los alquimistas, la piedra filosofal tenía el poder de trasmutar las sustancias con los que entra en contacto, existen diversas recetas para “crearla”. Como el alkaheste de Paracelso, que era un hipotético disolvente universal, capaz de disolver todos los metales, un pedacito de piedra filosofal podía también disolverse y fusionarse con los otros minerales creando otro compuesto diverso, generalmente se intentaba de generar oro.
Sin embargo el poder disolvente del alkaheste iba más allá. Era capaz de reducir todos los materiales, los cuerpos, y hasta las almas de todas las cosas a su estado más elemental y primitivo, a su materia o éter original del cual habían estado formados en su génesis.
Era por tanto formidable, pero la piedra además tenía una ventaja añadida que no poseía el inalcanzable e quimérico alkaheste, podía ser creada por cualquier persona, y esto la hacía accesible a todos. Tenía dos variantes, una blanca para trasmutar en plata, y otra roja para generar oro. La sustancia de base de la que estaba compuesta era la misma, la pirita de hierro (disulfuro de hierro o FeS₂). Podía tener diferentes tonalidades de rojo, como el naranja azafrán, también algo morado, y transparente como el vidrio. La piedra tenía mayor peso que el oro y era soluble en todos los líquidos, pero era incombustible en el fuego.
El método para crearla era complejo y las recetas siempre ocultaban algún ingrediente secreto que era difícil de intuir. El proceso dividido en fases o pasos se llamaba la Gran Obra (Opus Magnum). La piedra experimentaba diferentes cambios de color a medida que pasaba por los múltiples estados provocados por las reacciones químicas que se producían, hasta conseguir transformarse al final de la creación en la piedra filosofal.
RECETA PARA CREAR UNA PIEDRA FILOSOFAL
Había muchas fórmulas diferentes pero había una receta “genérica” que comprendía tres ingredientes básicos.
Ingredientes: Pirita de hierro o en su carencia simple tierra rica en hierro. Ácido tartárico (generalmente se extraía del árbol de la encima) y rocío.
Condiciones para su creación: Se recomendaba de realizar el proceso en un ambiente oscuro, ya que el ácido tartárico es sensible a la luz, y el responsable del cambio de color. Una vez creada la piedra podía ser utilizada para crear elixires, trasmutar metales en oro o plata, etc.
USOS DE LA PIEDRA FILOSOFAL
COMO ELIXIR DE VIDA
Si lo que se quería obtener era un elixir de vida, se dejaba remojar la piedra en un líquido. Después de un rato el brebaje o lixiviado resultante se bebía. Sin embargo no estaba exento de efectos colaterales adversos, aunque pasajeros. Antes de obtener los resultados mágicos beneficios, todo el pelo del cuerpo se caía, y también las uñas. Después surgiría el cuerpo deseado, uno sano, fuerte y joven. El elixir habría curado todas las enfermedades, y si se ingería suficiente cantidad de líquido no sólo prolongaba la vida, sino que podía hacerla imperecedera. Ya no sería necesario nutrirse para poder subsistir, por lo que la comida sería un “optional” que se ingeriría sólo por mero placer. Porque a partir de entonces la persona sería inmortal.
PARA TRASMUTAR MINERALES
El otro uso era el de trasmutar metales en oro y plata, meros cristales en piedras preciosas y diamantes. Era capaz de trasmutar el vidrio frágil y quebradizo en cristal flexible y maleable.
PARA CREAR LUZ PERPETUA
La piedra podía crear llamas o fuegos perpetuos que alumbraban con luz ardiente sin consumirse jamás.
PARA DAR VIDA A LAS PLANTAS
Su extraordinario poder podía reactivar la vida en las plantas, y hacer que una planta seca y muerta volviera a crecer verde y florida.
PARA CREAR UN HOMÚNCULO
Si lo anterior todavía no te ha sorprendido, esto seguro lo hará. La piedra podía crear un hombre diminuto, un clon o híbrido, llamado arcano o homúnculo como llamó Paracelso a su primera criatura creada.
Al parecer Paracelso lo creó el homúnculo por casualidad, por “un desliz” mientras experimentaba con una piedra filosofal. Como los gólems o Adán (creado del barro) era una criatura creada a partir de materia inanimada. Medía menos de 30 cm de alto, una especie nomo o “liliputiense”, fuerte, lento y algo necio. Pero lo peor es que a veces podía ser pérfido y volverse contra su creador, y además solían escapar con frecuencia.
LAS BIZARRAS VARIANTES DEL HOMÚNCULO
Había algunas variantes bastante inquietantes para la creación de seres vivientes a partir del materia inanimada.
Una de las más populares es la variante en la cual se utiliza la mandrágora. Según la leyenda original para crear un homúnculo de mandrágora la peculiar planta se le antojaba crecer sólo en el terreno donde había caído el semen emitido en las últimas convulsiones de los ahorcados antes de morir.
Las raíces bifurcadas tienen un aspecto similar al de un ser humano. Es una planta altamente tóxica y si es ingerida puede causar delirios, coma y hasta la muerte. En algunas variedades la toxicidad actúa incluso por contacto, a través de la piel con sólo tocarlas provocando mareos, bradicardia y dificultad respiratoria. A pesar de su peligrosidad el gran poder alucinógeno de sus alcaloides a sido utilizado desde antaño por las brujas en rituales y para crear pociones y pomadas, ya que en pequeñas dosis también actúa como afrodisíaco, analgésico y sedante.
La criatura viviente generada en las raíces de la mandrágora tenía que ser desenterrada antes del amanecer de una mañana de un viernes, por un perro preferiblemente negro y nunca por una persona, ya que la raíz en el momento de ser extraída de la tierra emitía un chillido horroroso capaz de matar a quien se atrevía a hacerlo. Por eso esta tarea era reservada a un desafortunado perro. Al cual se le ataba con una cuerda a la planta, y cuando se le hacía venir corriendo tiraba de ella y la arrancaba. El perro solía morir, tal vez porque la mordía y se intoxicaba. Después tenía que ser lavada y alimentada con leche y miel. Aunque había la posibilidad de nutrirla con sangre si queríamos que su carácter fuera “diverso”. La criatura tenía como tarea la de proteger a su creador y dueño.
Otro método de generar una criatura diminuta era la del huevo de gallina negra. Se tenía que realizar un pequeño agujero en la cáscara por donde se reemplazaba una pequeña porción de clara por esperma humano. Se sellaba la abertura con un trocito de pergamino virgen y se enterraba el huevo bajo una capa de estiércol. El día del entierro tenía que ser el primer día del ciclo lunar del mes de marzo. Transcurridos 30 días del huevo salía un humanoide diminuto que ayudaría en las tareas domésticas y protegería a su creador. Esta criatura se alimentaba a base de una dieta compuesta de flor de lavanda y lombrices frescas.
Os dejo a continuación un video de la versión del huevo actualizada en tiempos modernos. ..
Y había otros con las habas, pero eso te lo contamos en nuestro artículo “Las habas y su origen impuro” (8ª parte “La lista negra de las plantas prohibida”).
EL PODER METAFÓRICO DEL SANTO GRIAL
La tercera opción mencionada del Santo Grial es que fuera sólo un concepto místico conceptual, y no propio un objeto físico (copa o piedra).
Un poder similar lo tenía también la famosa aqua vitae, o agua de vida. Una solución acuosa a base de etanol. Se generaba mediante el destilado del vino o espíritu de vino. Sus variantes más conocidas son el brandy y los aguardientes afrutados, los normales licores de toda la vida. Sin embargo para la alquimia era un lixiviado resultante de la Gran Obra, de la piedra de la transmutación conocida como la piedra filosofal.
A esta agua vitae se le atribuyó la propiedad de transmutar el “hombre plomo” en “hombre oro” o filosófico (tal vez porque después de beberla en abundancia se aventuraban en interminables dilemas trascendentales). El elixir de agua de vida además otorgaba perenne juventud y lozanía con un buen color rosado en las mejillas.
Pero conseguir el Santo Gral místico es mucho más. Es alcanzar el conocimiento total de la quintaesencia, los fundamentos de la existencia cósmica. La cual otorgaría la capacidad de poder transcender a un nivel superior desde el cual comprenderíamos la verdad absoluta.
En el budismo e hinduismo existe algo parecido al Graal místico, es la chintamani, la mítica joya del pensamiento. Una de las cuatro reliquias o tesoros que según la leyenda cayeron del cielo dentro de un cofre. Se representa como una piedra filosofal, una perla luminosa junto a Avalokiteshvara, un bodhisattva o buda (quien ha logrado la iluminación espiritual) capaz de conceder deseos y sabiduría. Y simboliza metafóricamente un poder sobrenatural, una energía espiritual.
Por si fuera poco el Graal “místico” también otorga poderes mágicos con utilidades más terrenas y materiales (similares a los de la copa o la piedra) capaces de hacer “milagros” tales como curar enfermedades y heridas, multiplicar alimentos, ect. Por lo que si tenéis intención de ir a buscar el verdadero Santo Grial, porque probablemente todavía está oculto en algún lugar, éste sería el más recomendable. Os haría invencibles.
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